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26 Y además, ¿qué somos los mortales, para oír la voz del Dios viviente hablar de en medio del fuego, como nosotros la oímos, y aún seguir con vida? 27 Acércate tú al Señor nuestro Dios, y atiende todo lo que él te diga, y luego tú nos repetirás todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y nosotros oiremos y actuaremos.”(A)

28 »El Señor oyó la voz de sus palabras, cuando ustedes me hablaban, y me dijo: “Ya he oído la voz de este pueblo, y las palabras que ellos te han dicho. Y todo lo que han dicho está bien.

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